¿Cómo enseñarles a tus hijos a cocinar?
En un mundo donde los videojuegos y las pantallas capturan gran parte del tiempo y la atención de los chicos, proponerles actividades como cocinar puede parecer una misión difícil. Sin embargo, la cocina puede convertirse en un espacio divertido, creativo y de aprendizaje si se presenta de la manera adecuada. Enseñarles a tus hijos a cocinar no solo les brinda herramientas prácticas para su vida, sino que también fomenta la autonomía, la paciencia y el trabajo en equipo.
El secreto está en despertar su interés con propuestas atractivas, adaptadas a su edad, y permitirles participar activamente del proceso. Desde convencerlos usando lo que más les gusta como excusa, hasta permitirles elegir una receta hasta batir, amasar o decorar, cada paso puede ser una oportunidad para jugar y aprender. En esta nota, compartimos ideas y consejos para que la cocina se transforme en una actividad compartida, enriquecedora y, por qué no, tan entretenida como un videojuego.
Usar los videojuegos a tu favor: simuladores de cocina como primer paso
Muchos chicos son fanáticos de los videojuegos, y plataformas como Roblox se han convertido en parte de su universo cotidiano. Tienen mochilas de Roblox, juguetes, ropa, stickers y pasan horas jugando, explorando mundos virtuales y cumpliendo misiones. Por eso, en lugar de luchar contra ese entusiasmo, una buena estrategia puede ser usarlo a tu favor y proponerles jugar a un simulador de cocina o restaurante dentro de esos mismos entornos digitales que tanto disfrutan.
Roblox, por ejemplo, además de ser una marca que vende merchandising, como botellitas o mochilas Roblox, cuenta con múltiples juegos donde los chicos pueden aprender técnicas básicas de cocina: preparar platos, organizar pedidos, servir a clientes y mantener un restaurante funcionando. Aunque se trata de una experiencia virtual, estos juegos introducen conceptos clave como seguir pasos, trabajar en equipo, o combinar ingredientes. Además, les permite relacionarse con la cocina desde un lugar lúdico y familiar.
Una vez que el interés está encendido en lo digital, puede ser más fácil llevarlo al plano real. Puedes decirles: “¿Y si ahora hacemos en casa una receta como la del juego?”. Esa conexión entre el mundo virtual y la vida cotidiana puede ser el puente ideal para que se animen a experimentar con recetas simples, y se acerquen a la cocina sin que lo sientan como una obligación, sino como una nueva aventura.
Cocinar su receta favorita: una motivación irresistible
Una de las formas más efectivas de entusiasmar a los chicos con la cocina es proponerles preparar su comida favorita. Ya sea una pizza casera, unas hamburguesas, galletitas o una torta de chocolate, invitarles a cocinar algo que realmente les gusta puede ser el incentivo perfecto para que se animen a ensuciarse las manos. Además, ver el resultado final y saber que ellos lo hicieron con sus propias manos les genera orgullo y refuerza su autoestima.
El truco está en dividir la receta en pasos simples y asignarles tareas acordes a su edad. Los más chicos pueden mezclar ingredientes, amasar o decorar, mientras que los más grandes pueden encargarse de medir, batir o seguir instrucciones más precisas. Si sienten que tienen un rol importante en el proceso, se van a involucrar mucho más.
Además, es una excelente oportunidad para enseñarles conceptos básicos como la higiene en la cocina, el orden, y la importancia de seguir instrucciones. Al final, compartir la comida que prepararon juntos refuerza el vínculo familiar y transforma el momento en una experiencia divertida, educativa y sabrosa.
Crear recetas divertidas con caras o formas: ¡cocinar también es jugar!

Otra excelente manera de motivar a los niños a meterse en la cocina es hacer recetas que sean visualmente divertidas, como platos con formas o caras. Las opciones son infinitas: puedes hacer galletas en forma de animales, crear sándwiches con caritas usando ingredientes como queso, aceitunas, o tomate, o incluso preparar pizzas donde cada sección tenga una forma diferente. Este tipo de actividades hace que la cocina se convierta en una experiencia lúdica, en la que los niños se diviertan mientras aprenden.
Las recetas con formas o caras no solo son un estímulo visual, sino que también invitan a los niños a ser creativos. Pueden participar eligiendo los ingredientes, decorando el plato o incluso inventando sus propias combinaciones. Además, el hecho de que el plato tenga una apariencia divertida los animará a probar nuevos alimentos y a experimentar con ingredientes que quizá normalmente no les gustan. Esta es una forma perfecta de introducir alimentos saludables de manera atractiva, como verduras y frutas, sin que los niños sientan que están comiendo algo “aburrido”.
Este tipo de actividades también es ideal para hacer en familia, ya que todos pueden colaborar en la creación del plato, desde la preparación de los ingredientes hasta la decoración final. Al hacerlo juntos, además de aprender sobre cocina, los niños fortalecen sus habilidades motoras finas y su capacidad de seguir instrucciones, todo mientras se divierten.
Crear un día de cocina semanal: responsabilidad y diversión en familia
Una excelente manera de involucrar a los niños en la cocina es organizar un día a la semana en el que ellos sean los encargados de elegir el menú y preparar la comida. Esta actividad les otorga responsabilidad, les permite tomar decisiones y se convierte en una rutina divertida que esperan con ansias cada semana. Desde elegir el plato hasta preparar todos los ingredientes, se sienten empoderados al saber que son los principales responsables del menú familiar.
Además de elegir la receta, este día también puede incluir una salida al supermercado para comprar los ingredientes necesarios. A los niños generalmente les gusta participar en las compras, ya que pueden elegir productos frescos o aprender a leer etiquetas. Esto no solo les enseña sobre la importancia de la alimentación saludable, sino que también les da una sensación de autonomía al ser parte del proceso completo, desde la elección hasta la preparación.
La rutina de tener un día fijo de cocina también ayuda a desarrollar la organización y la planificación. Aprenden a manejar el tiempo, calcular las cantidades y seguir una secuencia de pasos. Este enfoque estructurado no solo les enseña habilidades culinarias, sino también hábitos responsables y ordenados que se pueden aplicar en otras áreas de su vida. Sin dudas, un día de cocina semanal es una excelente forma de disfrutar de la comida en familia y fomentar la participación activa de los niños en las tareas domésticas.
Conclusión
En un mundo lleno de atractivos digitales como los videojuegos, es cierto que puede ser difícil sacar a los niños de las pantallas para que participen en actividades como la cocina. Sin embargo, aprender a cocinar es una habilidad fundamental que no solo les enseña a ser más independientes, sino que también les permite desarrollar creatividad, organización y hábitos saludables. Encontrar maneras de hacer que la cocina sea divertida y estimulante, ya sea a través de simuladores de cocina, preparando sus recetas favoritas o involucrándolos en la planificación y compra de ingredientes, puede ser la clave para que disfruten del proceso.
Es importante recordar que cocinar no solo se trata de preparar alimentos, sino de cultivar un sentido de logro y responsabilidad, y de fomentar un vínculo familiar más estrecho. A medida que los niños se sienten más involucrados y ven los resultados de su trabajo, aprenderán a apreciar la cocina no solo como una tarea, sino como una actividad placentera. Si logramos hacer de la cocina un espacio de juego y aprendizaje, es más probable que nuestros hijos descubran el verdadero placer de preparar sus propios alimentos, algo que les será útil y gratificante durante toda su vida.